«Las Góndolas no es una alcantarilla»
Vecinos de Sevilla Este muestran su inquietud por las «irregularidades» en el proyecto del tanque de tormentas
Sevilla- Más de 3.000 vecinos y alrededor de cien locales comerciales del Residencial Las Góndolas, en Sevilla Este, aguardan con inquietud las explicaciones del Ayuntamiento ante el inicio de las obras planeadas para la instalación de un tanque de tormentas en la zona y que podría afectar a la cimentación de los edificios. Después de paralizar los trabajos previos de la obra el pasado 16 de noviembre, mañana está prevista, a petición de los vecinos, una reunión informativa en Emasesa con representantes del Distrito, el Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). Los residentes denuncian una «absoluta falta de información» y aseguran la existencia de «defectos tanto en el procedimiento administrativo como en el proyecto que se pretende ejecutar, empezando por la ausencia de licencia para su ejecución».
La construcción, promovida por la CHG y Emasesa, afectaría a dos de las cuatro manzanas, unas 900 viviendas. Para empezar, la designación del proyecto como «Tanque de retención de aguas pluviales en la Avenida Alcalde Luis Uruñuela» resulta «engañosa» porque en realidad afecta a la calle Gruta de las Maravillas y, además, porque los vecinos señalan que la infraestructura «recogerá aguas contaminadas».
La paralización del vallado perimetral (durante el fin de semana ha «desaparecido» la parte colocada) obedece a la inexistencia de autorización para la obra, por ahora. La actuación, según los vecinos, «se dispone a escasos metros de los portales» y «puede afectar a la propia cimentación de los edificios y de pleno a una amplia zona verde» que mantienen los residentes desde hace quince años: «Dichos daños serían irreversibles». Por todo ello, los vecinos exigen a las delegaciones pertinentes que la obra tenga todos los informes favorables, autorizaciones y un escrupuloso cumplimiento de la normativa, al margen de la adopción de todas las medidas de seguridad para la zona. «Muchos condicionantes no se cumplen», esgrimen.
El periodo previsto de las obras es de 18 meses, aunque la mayoría de técnicos hablan de más de dos años de ejecución. En el único encuentro entre las partes hasta ahora, un día antes de iniciar el vallado, se trasladó a los representantes vecinales que ni siquiera se tiene claro el sistema constructivo a utilizar, ya que se ha licitado la obra sin tener en cuenta que los terrenos tienen problemas de cimentación. «Van por la ley de la fuerza», llega a decir una vecina, que teme, entre las consecuencias de la ubicación del tanque, una depreciación de las viviendas del 30 por ciento.
Otro de los temores ante la posibilidad de buscar otro enclave es el hecho de que la infraestructura, cuyo objetivo es aliviar uno de los puntos conflictivos del Tamarguillo, depende de fondos Feder (8,2 millones) que tienen que ser justificados antes de 2014.
La construcción, promovida por la CHG y Emasesa, afectaría a dos de las cuatro manzanas, unas 900 viviendas. Para empezar, la designación del proyecto como «Tanque de retención de aguas pluviales en la Avenida Alcalde Luis Uruñuela» resulta «engañosa» porque en realidad afecta a la calle Gruta de las Maravillas y, además, porque los vecinos señalan que la infraestructura «recogerá aguas contaminadas».
La paralización del vallado perimetral (durante el fin de semana ha «desaparecido» la parte colocada) obedece a la inexistencia de autorización para la obra, por ahora. La actuación, según los vecinos, «se dispone a escasos metros de los portales» y «puede afectar a la propia cimentación de los edificios y de pleno a una amplia zona verde» que mantienen los residentes desde hace quince años: «Dichos daños serían irreversibles». Por todo ello, los vecinos exigen a las delegaciones pertinentes que la obra tenga todos los informes favorables, autorizaciones y un escrupuloso cumplimiento de la normativa, al margen de la adopción de todas las medidas de seguridad para la zona. «Muchos condicionantes no se cumplen», esgrimen.
El periodo previsto de las obras es de 18 meses, aunque la mayoría de técnicos hablan de más de dos años de ejecución. En el único encuentro entre las partes hasta ahora, un día antes de iniciar el vallado, se trasladó a los representantes vecinales que ni siquiera se tiene claro el sistema constructivo a utilizar, ya que se ha licitado la obra sin tener en cuenta que los terrenos tienen problemas de cimentación. «Van por la ley de la fuerza», llega a decir una vecina, que teme, entre las consecuencias de la ubicación del tanque, una depreciación de las viviendas del 30 por ciento.
Otro de los temores ante la posibilidad de buscar otro enclave es el hecho de que la infraestructura, cuyo objetivo es aliviar uno de los puntos conflictivos del Tamarguillo, depende de fondos Feder (8,2 millones) que tienen que ser justificados antes de 2014.
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